Dicen que el primer beso nunca se olvida, pero yo digo que es relativo, porque se puede haber besado y nunca haber vivido un primer beso. Entonces, ¿Qué hace un beso ser el primero? Es aquel que se dio con el corazón latiendo a mil por hora y apasionadamente. Aquel primer beso termina sin permiso de los participantes porque queda interrumpido por el tiempo o intrusos.
No se olvida el sabor y textura de ese beso húmedo, protagonizado por las lenguas traviesas. Después de ese otros le seguirán, porque los labios no olvidan a diferencia de la mente que es traicionera.
Cuando se besa con el corazón no importa quién, cuándo o dónde, sólo interesa el deseo y las ganas de satisfacer la necesidad que demanda los labios.
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